Como cada 21 de diciembre Bilbao celebro su tradicional mercado de Santo Tomas, donde los nekazaris (agricultores) de toda la provincia se dan cita en las inmediaciones de El Arenal y la Plaza Nueva para exponer sus productos más selectos.
Día lluvioso, con el típico txirimiri cayendo sin cesar durante toda la jornada, aunque esto no desanimo para que decenas de miles de personas se congregasen en la capital bizkaina.
Trikitilaris, txarangas y en el casco viejo los clásicos txikiteros cantando bilbainadas, amenizaban una jornada festiva sin parangón.
Los productos más típicos fueron degustados por la multitud, en Santo Tomas es pecado no irse sin probar el tradicional talo (pan de maíz) relleno de cualquier producto de la matanza (chorizo, morcilla o panceta), su precio ronda los 6 euros. Tengo que decir muy a mi pesar ya que soy gran fan del talo, que en los puestos donde venden dicho pan caliente hecho al instante cada año dejan más que desear, pan grueso y poco hecho, entiendo la gran demanda de dicho producto pero deberían esmerarse un poquito más.
También, cómo no, se podía comprar txakoli (Bakio, Larrabetzu, Zalla,…), bizkaino por supuesto, y nuestra rica sidra.
Como a nadie le amarga un dulce, y para comerse un postrecito después de un par de talos o de unos pintxos de queso, que mejor que para saciar nuestra gula que dirigirnos a cualquiera de los puestos donde se venden el típico pastel vasco (relleno de crema o chocolate y para los más tradicionales sin relleno), pastel de queso, de nueces, rosquillas, etc. deliciosos de verdad.
Cabe mencionar también el fabuloso mercado de animales que se da en esta feria, donde los nekazaris exponen orgullosos sus gallos, conejos, capones y hasta se vio algún que otro buey.
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